El 99% de nuestro tiempo está conducido por la más previsible de las rutinas. Dormir, trabajar, estudiar, vuelta a dormir… Nos sentimos cómodos en ella. La rutina es predecible y muy cómoda. Sin embargo … que gratificante es romperla de vez en cuando.
Nuestra afición por las escapadas de fin de semana a refugios de alta montaña viene de lejos, por lo que no es de extrañar que la idea de embarcarnos en esta enorme aventura del Rally de Mongolia (The Mongol Rally) surgiera durante nuestra última escapada al Alto Tajo.
Como os decimos, la idea nació hace unas cuantas semanas, perdidos en algún recóndito lugar del parque natural del Alto Tajo en torno a una caldereta de cordero, cocinada por Pedro (Oh maestro cocinero…) en nuestra envejecida y archi-venerada “sartén de patas”. Es difícil de describir la enorme sabiduría “gastronomica” que atesoran estas manos y el fuerte poder de convocatoria que genera este objeto … sin duda en próximas entradas habrá que tratar estos temas. Ellos lo merecen.
Enfrascados en la conversación, al amor de la lumbre, cuchara en mano, y en torno a la mencionada caldereta, el más liante de los seis nos reveló que existía un rally “muy particular” que arrancaba en Londres y que concluía en Mongolia. Sus palabras destilaban ilusión. Los comentarios se dispararon. «En el último año han participado quinientos equipos». «La mayoría de equipos son aficionados». «¡Que qué pedazo de aventura!». «Además, tiene fines benéficos». «Aunque habría que comprar dos coches y regresar en avión». «¡No hay huevos a hacerlo!»
«¿A qué no hay huevos?», fueron sus palabras. Palabras mágicas que causaron en nosotros el consabido “efecto reto” que típicamente causa en el macho ibérico común ;-).
Así que en esas estamos, echándole h, y poniendo en ello toda la ilusión y el entusiasmo que tenemos dentro para realizar el año que viene esta proeza deportiva y solidaria.
Nuestras sensaciones en estos momentos son muy gratificantes, y por ello las compartimos con vosotros. Os invitamos a que salgáis de vuestra zona de confort, a que metafóricamente hagáis vuestro particular Mongol Rally. Que rompáis con la cómoda rutina, que a veces se torna en “cómoda incomodidad” y que os reinventéis. La ilusión mueve montañas.
Quijote Team.